Se acaban las vacaciones y es el momento de reincorporarnos a la rutina. Se supone que hemos tenido unos días para descansar física y mentalmente y, por lo tanto, recuperar fuerzas pero la verdad es que retomar nuestra vida diaria no resulta nada fácil. Seguir unos consejos nutricionales para la vuelta al trabajo nos ayudará a reforzar el organismo y a afrontar la situación con más fuerzas.

El reto de volver de vacaciones

Cuando nos tomamos unos días de vacaciones, rompemos con nuestra rutina de vida. Esto nos hace sentir libres y felices, pero llega un momento en que debemos retomar nuestras actividades. El reto está en hacerlo con la suficiente motivación y energía como para que sigamos siendo efectivos.

Regresar al trabajo sintiéndonos bien pasa, entre otras cosas, por cuidar nuestra alimentación asegurándonos de que es sana y equilibrada y, además, cambiar algunos esquemas mentales que favorecerán nuestra adaptación a la normalidad otra vez.

Tipos para afrontar la vuelta al trabajo

Para empezar, debemos aprender a tomarnos las cosas con calma. No sirve de nada que nos obsesionemos con un cambio drástico de vida, que solamente conseguirá desorientarnos.

Es recomendable que nos tomemos un pequeño período de adaptación, que podemos aprovechar para planificar las tareas a retomar y repartir responsabilidades entre toda la familia. En el mismo sentido, iremos retomando los horarios de manera escalonada para evitar que nuestro organismo se resienta.

Igualmente, comer bien nos ayudará a sentirnos más fuertes para afrontar otra vez la rutina. Muchas personas vuelven de vacaciones con unos kilos de más y se obsesionan con dietas de choque para perder peso, pero esto solo hace que alterar su salud. Optar por una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y pescado al horno, plancha o vapor es la manera de aumentar nuestra energía.

Otro hábito saludable que nos ayudará a sentirnos mejor es hacer un rato de ejercicio al día. Bastará con un paseo de media hora al día.

Cambios mentales

Volver al trabajo también implica la necesidad de que hagamos algunos cambios en nuestra manera de pensar. Esforzarnos en ver nuestra rutina de manera optimista mejorará nuestro bienestar emocional. Tan solo tenemos que pensar en esos pequeños momentos que realmente nos gusta vivir, como el café con los compañeros o esas cenas en familia que durante el verano muchas veces se pierden.

También es el momento de empezar a buscar nuevas ilusiones. Buscar actividades de ocio que nos apetezca empezar a descubrir y recuperar los encuentros periódicos con familia y amigos nos ayudará a ver la vida más positivamente.

De hecho, es básico que seamos capaces de encontrar un nuevo punto de partida para el nuevo curso. Nos esperan muchos meses de trabajo antes de las próximas vacaciones y necesitamos encontrar la motivación para seguir adelante construyendo un proyecto vital que nos ilusione y nos estimule a trabajar con constancia para conseguirla.