Opinión del Dr. Ramón Bordería

Existe evidencia científica de que la dieta es un factor de primera magnitud en la configuración del grado de salud a nivel individual y colectivo. Los aportes de energía y la composición porcentual de los distintos nutrientes son variables de interés para la prevención de muchas enfermedades crónicas. La dieta debe contener una gran variedad de alimentos para conseguir satisfacer los requerimientos nutricionales. Es recomendable distribuir la ingesta calórica en las distintas aportaciones al día. En el desayuno deben participar lácteos (leche, yogur, queso…), cereales (pan, cereales de desayuno, copos de avena, galletas..) y frutas (zumos de fruta natural, fruta fresca, macedonia…).

Todos los días deben consumirse dos raciones de alimentos proteicos (carne-pescado- huevos), alternando entre sí. Son preferibles las carnes con menor contenido graso y en preparaciones culinarias que requieran menor adición de grasas: cocido, plancha, horno. Recordamos la conveniencia de priorizar la utilización de aceite de oliva virgen frente a otro tipo de grasas. La leche y los productos lácteos deben estar presentes como 2 ó 3 raciones diarias, bien sea en forma de leche, queso, yogur, cuajada, en función de los gustos y preferencias individuales. Las legumbres deben estar presenten en la dieta 2-3 veces por semana, preferiblemente bajo formas culinarias de fácil asimilación. El pan y los cereales son una buena fuente de energía.

Parece aconsejable limitar el consumo de productos de bollería y pastelería, ricos en azúcares refinados y grasas. Las verduras en preparaciones culinarias al vapor sin cocción excesiva, ensaladas con las verduras bien troceadas en tiras pequeñas, ó bien en forma de puré, y presentaciones vistosas pueden hacerlas más agradables. Diariamente deben consumirse al menos dos raciones de verduras, una de ellas en forma de ensalada. Las frutas deben estar presentes en la alimentación todos los días, hasta completar 2-3 raciones. Puede consumirse como fruta fresca, en macedonia, en compota o como zumos naturales recién preparados con fruta entera. El consumo de un buen vaso de zumo de fruta fresca o una pieza de fruta con el desayuno es una buena medida para alcanzar este objetivo. La merienda y las tomas entre horas también son ocasiones oportunas para la introducción de las frutas. Además la invitación a participar en prácticas deportivas y el fomento de la actividad física es un complemento indispensable para mantener la salud .